Electromédicos guantanamameros también salvan vidas frente a la COVID-19

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Guantánamo, 27 feb (ACN) Entre el loable personal de la Salud Pública cubana que combate hoy en primera línea a la COVID-19, cumplen un papel fundamental los colectivos de electromédicos, quienes también salvan vidas garantizando la instalación y buen funcionamiento de equipos vitales en la atención al paciente, tanto en hospitales como en los centros dispuestos para el aislamiento.

En Guantánamo, una de las provincias de mayor tasa de incidencia de la pandemia, y volcada hoy a bajar su curva de infestación, los profesionales de Electromedicina suman más de 200, consagrados a la sostenibilidad de la tecnología hospitalaria, muchas veces apelando al ingenio y sorteando el negativo impacto de la guerra económica de Estados Unidos a la Isla.

El ingeniero Miguel Ángel Garzón, al frente de esos técnicos y especialistas en el territorio, en entrevista a la Agencia Cubana de Noticias subrayó que en el complejo escenario epidemiológico esta indispensable retaguardia ha asegurado el mantenimiento y puesta en marcha de soportes de vida esenciales en la recuperación de pacientes de COVID-19 en estado crítico y grave.

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Las manos de estos expertos han garantizado en este contexto -dijo- la disponibilidad técnica de ventiladores pulmonares para la asistencia respiratoria, ultrasonidos de diagnóstico, monitores multiparamétricos y equipos de radiografía, laboratorio, hemodiálisis y del Banco de Sangre.

El obrar de dichos profesionales ha aportado además a la continua actividad de centrales de esterilización, destiladores de agua, entre otras máquinas que en conjunto son sostén del sistema asistencial, duramente golpeado por el bloqueo estadounidense, que impide a Cuba la importación de muchas tecnologías actualizadas, en desestima de los sensibles propósitos a los cuales son destinadas.

En la búsqueda de alternativas ante esta situación, el movimiento de innovadores electromédicos ha sido decisivo -señaló Garzón- logrando reparar medios técnicos como algunos de la firma alemana Dräger, de los cuales en los últimos tiempos no se han podido adquirir piezas de repuesto, restricción que afecta a recursos vitales, incluidos los ventiladores pulmonares para Neonatología.

En 2020, en que irrumpió la COVID-19 en Cuba, los 79 innovadores y racionalizadores de este gremio de la Salud en Guantánamo contribuyeron, con valiosas soluciones, a alargar la vida útil de equipamientos del sector, sustituyendo importaciones y ahorrándole al país por este concepto más de 57 mil pesos.

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La primera gran tarea, en marzo pasado, fue acondicionar al Hospital Militar como Centro de Aislamiento y de atención a afectados por el nuevo coronavirus, recinto donde fue emplazado el instrumental necesario y rehabilitado parte del mobiliario clínico, labor que se extendió a otras instituciones adaptadas para este fin en el territorio, y a principales salas de hospitalización.

Entre las estrategias para agilizar su trabajo los electromédicos crearon un sistema de guardia, orientado a enfrentar cualquier rotura de emergencia; conformaron brigadas en cada área de Salud, acercaron igual a éstas los servicios de Ortopedia Técnica, y más recientemente fueron protagónicos en el montaje del Laboratorio de Biología Molecular de la provincia.

La rama de la Electromedicina en Guantánamo cuenta con un Centro Provincial al suroeste de la Villa del Guaso, y otro territorial en Baracoa, encargados del mobiliario clínico del total de instalaciones de Salud aquí, además de colaborar hoy, con 40 de sus profesionales, en ocho países de América y África, donde su actuar es igualmente valioso en el combate a la pandemia.

Fuente: ACN

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