Cuando el “reloj educacional” dio el de pie para este curso escolar, en la Universidad de las Ciencias Médicas guantanamera, los trabajadores y estudiantes ya estábamos listos; para, desde nuestros escenarios, contribuir a la excelencia universitaria, llamado de primer orden,   de  la máxima dirección del Partido y el Gobierno en el país. Tenemos la certeza  de que para garantizar esta excelencia educativa se necesita como salvoconducto imprescindible un profesor o personal de apoyo a la docencia competente, que domine al dedillo los procesos de la  enseñanza universitaria actual; que los  proyectos de intervención comunitaria sean más integrales, que  las cátedras honoríficas y multidisciplinarias,   y los movimientos estudiantiles  sean cuanticualitativamente superior. Es momento de estar prestos al cambio intramuros para modificar así a la sociedad, porque  nuestra universidad  emerge no solo en un aula dentro del Hospital General Docente ubicado en la ciudad, sino en un consultorio de un batey azucarero, unidos además, a algún proyecto de desarrollo local.

A un mes de haber iniciado este nuevo curso escolar, el ejército de las batas blancas está  activado al llamado de la sociedad guantanamera;   y se organizan además,  los Movimientos Deportivos y Culturales. El entusiasmo se aviva porque estamos seguros que un franco proceso de transformación en los procesos universitarios nos ayudará a que nuestro trabajo de referencia.

Realmente nos perfeccionamos porque tenemos un gran  compromiso con el presente y futuro de nuestros jóvenes, sabiéndonos bandera cada vez más necesaria en los procesos universitarios. Aquí estamos, dispuestos a enfrentar los  retos para abrir nuevas puertas hacia una vida de mayor calidad en nuestras comunidades intra y extrauniversitaria.

Fuente: Lic. Odalis Marrero Columbié.

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